lunes, 23 de agosto de 2010

Amor eterno


Abimael se despierta más temprano que de costumbre, a pesar que no pudo conciliar el sueño durante toda la noche y es que los nervios lo tienen muy acelerado, inmediatamente se dispone a bañarse y a ponerse su traje. Del otro lado en el penal de mujeres de Chorrillos se encuentra Elena, muy segura pero de cuando en cuando temblorosa por “El gran día”. La simpleza de su ropa parece no importarle, se alista rápidamente y se dirige acompañada de un guardia hacia la puerta de salida, lleva algo en la mano, un bouquet simple, un gesto significativo por parte de las demás internas. El carro del INPE que la llevará hacia el lugar en donde se encuentra el amor de su vida, la espera. A pesar de que no puede darse el lujo de hacer esperar al novio, y mucho menos de tener una luna de miel; eso no la aleja de su condición de novia. Atrás quedaron las huelgas de hambre, en este día, sólo existe una cosa, felicidad.

Abimael Guzmán Reynoso de 75 años y Elena Iparraguirre Revoredo de 60 ya no son los mismos de hace 2 décadas, de aquellas personas relativamente jóvenes y de aquella imagen de Abimael pidiéndole matrimonio, no queda nada; hoy en día con muchas canas encima pero con el mismo amor y pasión, esta pareja de enamorados vuelven a verse las caras pero ésta vez para decir “Si, acepto”; y es que el 20 de agosto la Base Naval del Callao se convirtió en el escenario que ellos recordarán para toda su vida. La ceremonia se llevó a cabo a las 9:00 am y a pesar de que duró 15 minutos, sus rostros no podían ocultar la alegría de ver realizado su más grande anhelo, convertirse en marido y mujer.

Abimael y Elena se conocieron en el año 1973, durante una charla ofrecida por éste; su manera de hablar la cautivó hasta el punto de dejar a su familia para integrar el Partido Comunista Peruano; en ese entonces él se encontraba casado con Augusta La Torre, segunda al mando, seguida por Iparraguirre, pero la muerte de Augusta, la convirtió en la segunda al mando, pero primera en el corazón de Guzmán; y es que en ese momento, ella se convirtió en una persona incondicional para él.

sábado, 21 de agosto de 2010

miércoles, 18 de agosto de 2010

Lori Berenson

Pasiones Encontradas


Vivo en Surquillo, por la 44 de aviación desde hace 22 años, mudarme sería dificil, pero asumo que llegará el momento en que tendré que hacerlo. Desde que estaba en 3ro de secundaria quería ser periodista, me gusta mucho dicha profesión, pero sé que es difícil. En realidad lo que las personas suelen decirte es que hoy en día los canales muchas veces explotan a los periodistas, por lo cual me han recomendado trabajar en prensa escrita como revistas.

Otra de mis pasiones es el maquillaje profesional, últimamente no estoy yendo a la escuela debido a que interfiere con mis otros horarios; pero cada cierto tiempo, un maquillador, Rah Mansouri, del cual he aprendido mucho, hace unos Workshops; el último al que fui trataba sobre maquillaje de novias. Amo ir al gimnasio, si bien no tengo mucho tiempo, siempre me hago un espacio para mis clases de baile y si es que falto es por una razón poderosa (cumpleaños familiares, viajes, clases, trabajos...).

En mis vacaciones me fui a Argentina, a un encuentro latinoamericano de diseño. Estuve 8 dias y 7 noches, el invierno de Buenos Aires es muy fuerte, la lluvia es terrible, y a pesar de contar con paraguas, terminé toda mojada. A pesar de eso me divertí, y aprovechando mi estadía, compré ropa y maquillaje, las dos cosas que me encantan. Me compré como 900 pesos sólo en ropa, asi que tuve que comprar una maleta de mano para poder traer la ropa, y los regalos para la familia y amigos; todo el maquillaje lo compré tanto en las galerías de Buenos Aires como en el Duty Free de Mac. Mi compañera de viaje se aburría, pero que puedo decir, SI NO SIENTES ESA PASION, NO LA PUEDES ENTENDER. El automaquillaje es totalmente diferente al maquillaje profesional, tienes que ponerte en el sitio de tus potenciales clientes, es por eso que tienes que estar abierta a cualquier color, y ya no solo fijarte en tus colores favoritos.

Leo el comercio, la version online, todas las noches para ver que de nuevo sucede. No suelo leer muchas revistas, puedo decir que no me interesan mucho. Una de las que compro se llama Priveé. En realidad lo hago sólo porque me gusta ver los maquillajes de las modelos y porque en ella encuentro los productos y los colores que están de moda; de vez en cuando encuentro algo que me interesa y lo leo. Aún asi tengo una colección de revistas. Amo sentarme a mirar la revista y poner un separador en cada pagina en la cual encuentro un maquillaje que me encante.

Me encanta ir al cine, pero el ser comunicadora y, en mi caso, maquilladora, te deja otra visión de las peliculas, a pesar de eso, me encanta ir; la semana pasada aprovechando el festival de cine de Lima, fui con mi hermana a ver “Retrato de un mar de mentiras”, una película colombiana muy buena, a mi parecer, ya que habla del terrorismo; tema de interes personal, ya que como escribí al inicio, una de mis pasiones es el periodismo de investigación. Muy a mi pesar, no hay que olvidarse que me encanta maquillar, y una de mis metas es llegar a ser una Make up Artist del NY Fashion Week, que por cierto ¡Ya se viene! así que al terminar mi carrera, me voy a ir a Argentina por unos meses a estudiar; después, sólo Dios sabe que pasará.

lunes, 16 de agosto de 2010

Imprevisible hasta la muerte

Armando Robles Godoy, jamás pensó que aquel 10 de agosto, su vida pasaría a ser una más de sus historias, el cineasta peruano fue protagonista de un fatídico accidente que, lamentablemente para todos, le costó la vida, dejando así un vacio en nuestro país.

El trabajo propiamente cinematográfico de Armando Robles Godoy lo integran seis largometrajes, y más de una veintena de cortos. Fue a mediados de los años ’60 con “Ganarás el pan”, que la obra más conocida del controvertido director se inicia, para abrir una franja poco explorada hasta ese momento en la cinematografía peruana.

Con las películas de Robles Godoy se abre el primer intento claro de un cine que bien puede ser considerado como de vanguardia. Muchos años después, se puede ver con algo más claridad lo que rodeó a esas obras, de carácter enigmático y barroco. A veces afortunadas, otras no.

Damos un sucinto repaso por ellas, con excepción de su ópera prima, difícil de encontrar actualmente:

En la selva no hay estrellas (1967): es la película más cercana a la estructura clásica que llegó a realizar el cineasta. Pero dentro de esa historia sobre el recorrido tanto mental como físico que realiza un hombre (interpretado por el argentino Ignacio Quiroz) y su botín deseado por un rincón perdido de la selva peruana, ya se deja ver el interés de Robles por dar cuenta de su particular percepción de la realidad de su país,

La muralla verde (1970): ésta es una de las películas más interesantes que se han hecho en Perú. La muralla verde es una película sentida, con auténticos logros. Un momento en el que el director todavía compartía más que solo consignas estéticas gritadas a viva voz.

Espejismo (1972): película más lograda, en términos técnicos. Estamos en un pueblo iqueño del que solo quedan algunos vestigios de lo que fue una gran plantación de uvas propiedad de una familia de terratenientes, cuya realidad e historia es descubierta poco a poco por un pequeño abandonado entre esas ruinas (aunque el tema de la reforma agraria nunca es tocado como tal).
Sonata soledad (1987): Robles radicaliza mucho más sus procedimientos e intereses expresivos, aunque casi siempre rozando la extravagancia y la nulidad. Compuesta por tres partes, que hacen las veces de pretendidas piezas musicales, Sonata soledad muestra a Robles Godoy dando incierta cuenta de los fantasmas de su vida y trayectoria, tanto en la niñez, como en sus relaciones afectivas, o en sus trances con el cine.

Imposible amor (2003): El último “opus” del veterano cineasta, fue terminado en el 2000, pero su estreno se postergó tres años, para solo ser de forma restringida en el Festival de Lima. Y valgan verdades, para ser una película que se pretende testamentaria (donde Robles Godoy suma todos sus puntos de vista y obsesiones de toda la vida), es realmente infame. más aún considerando el creciente culto que se ha venido desarrollando alrededor de su figura en este nuevo siglo, y más aún con la revolución tecnológica, a la que en cierta medida se le agradeció la posibilidad de este capítulo final.